Una de las acusaciones más recientes de los enemigos de los
testigos de Jehová es afirmar que en las ilustraciones de las
publicaciones de la Sociedad Watch Tower hay imágenes camufladas de
demonios y otras cosas “horribles”. ¿Es cierto eso? En realidad,
este no es sino otro intento por demonizarnos… Un afán sin
fundamento por apoyar la idea de que nuestra Congregación está
relacionada con el ocultismo, cuya finalidad es que la gente rechace
nuestras publicaciones “infestadas de demonios”. Los testigos de
Jehová negamos rotundamente tales afirmaciones. Decir que los
artistas de la Sociedad Watchtower en Brooklyn han introducido tales
imágenes en las publicaciones es una acusación sin base.
Según los opositores, a partir de la década de los 80 este tipo de imágenes empezaron a observarse. Y no es extraño que esto haya llegado a oídos de la Dirección de la Watch Tower, quienes respondieron así:
Además de mentiras, son infantilismos a los que ninguna persona sensata daría crédito. Para verlo, analicemos el asunto de forma más detenida.
¿Qué son las imágenes subliminales?
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define así “subliminal”: “Dícese de la idea, emoción o sensación que, por demasiado débiles, o por otras causas, no llegan a ser percibidas por la conciencia”. Cuando se habla de “percepción subliminal” hay algunos matices que añadir, pues esta expresión se utiliza con respecto a estímulos que aparecen por debajo del umbral de la consciencia pero que influyen en los pensamientos, sentimientos o acciones.
Existen tres tipos de estímulos subliminales: sonidos que la mente consciente no percibe por tener un volumen muy bajo o por estar mezclados con otros sonidos, imágenes que la mente consciente no percibe porque duran muy poco tiempo (normalmente, un fotograma de una película), o imágenes fijas que la mente consciente no percibe por estar camufladas.
¿Cuál es exactamente la acusación?
Algunos opositores acusan a los testigos de Jehová de incluir en sus ilustraciones imágenes subliminales del tercer tipo, es decir, imágenes que el observador no percibe conscientemente por estar supuestamente camufladas. Tengamos en cuenta que, para que sean realmente “imágenes subliminales”, la imagen debe ser intencional, pues debe ser un estímulo que influya en la persona.
¿Realmente hace falta una explicación?
Posiblemente el lector ya haya percibido la flagrante falta de fundamento de esta acusación y no necesite leer más. No obstante, y por obvio que resulte, incluiremos a continuación una explicación.
En primer lugar, conviene tener en cuenta cómo percibimos la realidad. En cuanto al sentido de la vista, no vemos sólo con los ojos, sino también con el cerebro. La percepción tiene dos fases: la sensación (las imágenes que los ojos perciben y envían al cerebro) y la reconstrucción (la interpretación que hace el cerebro de esas imágenes percibidas). Por ejemplo, nuestros ojos pueden recibir la sensación visual de un objeto peludo, de un cierto tamaño, con cuatro extremidades, una cabeza y un apéndice posterior; entonces nuestro cerebro reconstruye la imagen según los conocimientos almacenados por la memoria y percibe que está viendo un perro.
Esta capacidad de reconstruir las imágenes basándose en modelos ya almacenados en la memoria, nos concede también la capacidad de usar la imaginación para reconstruir imágenes que en realidad no existen. Veamos algunos ejemplos.
¿Quién ha puesto esas formas ahí? Probablemente esta pregunta nos parezca infantil. Es obvio que nadie ha puesto esas imágenes ahí, sino que es la percepción de nuestro cerebro la que crea esas asociaciones.
¿Qué propósito tendrían?
Algunos, sin embargo, se obstinan en creer que la inclusión de estas imágenes es intencional. ¿Por qué?
Suele haber tres respuestas a la pregunta de por qué los artistas de las publicaciones de los Testigos incluyen supuestamente imágenes subliminales:
1. “Nadie lo sabe”. La mayoría de los que levantan esta acusación reconocen que no se les ocurre ninguna razón por la que se incluirían estas imágenes. Es sin duda la respuesta más sensata, pues no tendría ningún sentido que los testigos de Jehová introdujesen este tipo de imágenes. No consiguen ningún fin y además nos exponen a ser criticados.
2.“Es obra de Satanás”. Algunos dicen que el propio Diablo en persona pone esas imágenes en las ilustraciones de las publicaciones de los Testigos sin que ellos lo sepan. ¿Y por qué razón? Según dicen, para dejar su marca personal y dejar claro que la organización de los Testigos le pertenece (aunque, según esa “lógica”, a la vez que deja su marca, se estaría descubriendo a sí mismo). ¿De qué manera haría esto el Diablo? Algunos dicen que el Diablo poseería al dibujante para obligarle a dibujar esa cara o lo que sea sin que él se dé cuenta de ello. Esto no explica cómo sería posible que ningún revisor viera la imagen y la eliminara, por lo que otros dicen que Satanás incluiría esas imágenes después de que cada libro o revista ha sido ya publicado. Creo que no hay necesidad de refutar tales dislates. Caen de su propio peso.
3. Otros piensan que las imágenes están insertadas de forma deliberada por los responsables a modo de táctica publicitaria para influir en la conducta de quienes ven las imágenes y que se sientan inclinados a hacerse testigos de Jehová. Esto nos lleva a considerar la cuestión de si realmente existen los mensajes subliminales publicitarios y si funcionan.
¿FUNCIONAN LOS MENSAJES SUBLIMINALES?
La creencia en el poder de los mensajes subliminales se remonta probablemente a 1957, cuando James Vicary, un especialista en técnicas de mercado, dijo haber realizado un experimento al respecto. Afirmó que, durante un período de seis semanas, 45.699 personas que acudieron a una sala de cine en Fort Lee, New Jersey fueron expuestos a dos mensajes publicitarios, “Coma palomitas” y “Beba Coca-Cola”, mientras veían la película Picnic. Según Vicary, el mensaje duraba una pequeñísima fracción de segundo, con lo que no podía ser percibido conscientemente, pese a lo cual, las ventas de palomitas aumentaron un 57,7% y las de Coca-Cola en un 18,1%. Sin embargo, Vicary nunca publicó ninguna descripción detallada de su estudio, y jamás ha habido ninguna evidencia que apoye su afirmación, ni nadie ha sido capaz de duplicar el experimento. No solo eso, sino que en una entrevista con la revista Advertising Age en 1962, Vicary confesó que aquel estudio había sido un montaje. Pese a todo, aún se suele citar su caso como un ejemplo del poder que supuestamente tienen los mensajes subliminales.
En los años 70 del siglo XX, el anterior ejecutivo de publicidad Wilson Key (posiblemente el único experto que sigue denunciando los supuestos peligros de los mensajes subliminales) acaparó la atención con sus afirmaciones de que los mensajes subliminales eran utilizados por todas partes a nuestro alrededor; especialmente mensajes de tipo sexual para inducir a las personas a comprar determinados productos. Key encontraba la palabra “sexo” en las galletas Ritz Crackers, en menús de hoteles, paquetes de cigarrillos Camel, publicidad de ginebra y en muchísimos otros lugares. Además, afirmaba que el mundo de los negocios así como los gobiernos estaban aliados para controlar nuestras mentes. Sin embargo, no existe ninguna evidencia de que se utilicen palabras, símbolos ni objetos ocultos para vender productos, e incluso aunque se utilizaran, no hay ninguna evidencia empírica de que este fuese un método eficaz de influir en la elección del consumidor.
Según Terence Hines (catedrático de psicología en la Universidad de Pace, Pleasantville, en el estado de Nueva York), tras años de investigación sólo se han podido demostrar efectos muy limitados de estimulación subliminal, y ninguno en cuanto a modificación de conducta. Según Philp Merikle (catedrático de psicología de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá), ninguna investigación de laboratorio controlada ha podido demostrar la idea popular de que la percepción inconsciente tiene más poder o más influencia que la percepción consciente. Más bien, los hallazgos de tales investigaciones indican que la percepción subliminal, cuando se produce, refleja las interpretaciones habituales de un individuo frente a los estímulos; es decir, que un estímulo subliminal no puede tener un efecto diferente al que tendría si la persona pudiera percibirlo conscientemente. Esto quiere decir que esas supuestas imágenes subliminales que algunos encuentran en las publicaciones de los testigos de Jehová tienen como mucho el mismo efecto cuando uno las ve que cuando no las ve. ¿Se siente alguien inclinado a hacerse testigo de Jehová por el mero hecho de ver una cara en el pelo de Jesús o un perro en su pecho? En el improbable y casi cómico caso de que alguien respondiera que sí, Merikle, al igual que otros muchos expertos, afirma que las personas deben ser conscientes de recibir el estímulo para iniciar acciones. Por tanto, si uno no ve conscientemente esa cara o ese perro (por poner un ejemplo), estos no tienen ningún efecto en la persona.
CONCLUSIÓN
El “hombre de la luna”… ¿Dios le dio tal forma de a la Luna cuando la creó? Otros dicen que pareciera que la luna tiene en su interior un conejo . ¿Es Dios quien dio esa forma, o es su mente la que ha construido tal imágene?… Piense en la Galaxia del Sombrero, en la Nebulosa de la cabeza de Caballo, Nebulosa de la Tarántula (en la Gran Nube de Magallanes), cúmulos de estrellas como la de Escorpión, Corona Real, etc. Son formas que el hombre le ha encontrado a estas creaciones de Dios. Pero, ¿fue Dios quién hizo estas “figuritas”?… Casualidad e imaginación humana es la respuesta.
También, mechones de cabello, sombras, columnas de humo, las nubes, las paredes de piedra, las plantas, el suelo, imágenes de libros de distintos temas (por ejemplo, antiguas ilustraciones de anatomía humana), cuadros, montañas. Todo es cuestión de querer verlas.
Si usted así ha predispuesto su mente, en esta imagen de nubarrones puede encontrar más de una imagen “subliminal”. Todo es cuestión de querer verlas.
El contenido es basado en el articulo original
de Testigos Defendidos - www.tjdefendidos.org
Según los opositores, a partir de la década de los 80 este tipo de imágenes empezaron a observarse. Y no es extraño que esto haya llegado a oídos de la Dirección de la Watch Tower, quienes respondieron así:
“Por ejemplo, la compañía Procter & Gamble, firma grande de productos de uso doméstico en los Estados Unidos, fue recientemente víctima del rumor de que la compañía promovía el satanismo y que su marca de fábrica era realmente un símbolo demoníaco. Otro rumor muy difundido afirmaba que una cadena de tiendas bien conocida que se especializa en la preparación y el despacho rápido de alimento ¡estaba poniendo gusanos en la carne picada frita!
Hace unos años, [en 1969] mucha gente creyó que un miembro de los Beatles, agrupación musical, había muerto en un accidente automovilístico y había sido reemplazado por un doble. Hasta las publicaciones de la Sociedad Watchtower han sido objeto de rumores… por ejemplo, ¡el de que uno de los artistas había estado introduciendo en secreto dibujos de demonios en las ilustraciones, y posteriormente había sido descubierto y expulsado!
¿Participó usted en esparcir cualquiera de estos relatos? De haber sido así, usted se halló esparciendo —quizás involuntariamente— una mentira, ya que todos eran falsos. No hay duda de que el rumor relacionado con las publicaciones de la Sociedad era perjudicial, así como una calumnia contra los celosos cristianos que trabajan largas horas para producir la labor artística que hace lucir tan atractivas las revistas, los folletos y los libros. Este rumor era tan ridículo como sería el decir que Dios, al crear los cuerpos celestes, modeló deliberadamente la apariencia del llamado ‘hombre de la Luna’.” (La Atalaya, 1 de septiembre de 1984)“Ridículo”… esa es la palabra correcta que se puede aplicar a las afirmaciones que hacen nuestros detractores. Incluso hasta quienes en un tiempo fueron testigos de Jehová, han reconocido que los artistas de la Watch Tower (puesto que los conocieron personalmente) serían incapaces de contaminar las revistas y folletos con dibujos demoníacos, y el Cuerpo Gobernante jamás autorizaría que publicaciones que honran a Dios y promueven el amor fraternal y las enseñanzas de Jesucristo, se vieran plagadas de camuflajes nada agradables.
Además de mentiras, son infantilismos a los que ninguna persona sensata daría crédito. Para verlo, analicemos el asunto de forma más detenida.
¿Qué son las imágenes subliminales?
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define así “subliminal”: “Dícese de la idea, emoción o sensación que, por demasiado débiles, o por otras causas, no llegan a ser percibidas por la conciencia”. Cuando se habla de “percepción subliminal” hay algunos matices que añadir, pues esta expresión se utiliza con respecto a estímulos que aparecen por debajo del umbral de la consciencia pero que influyen en los pensamientos, sentimientos o acciones.
Existen tres tipos de estímulos subliminales: sonidos que la mente consciente no percibe por tener un volumen muy bajo o por estar mezclados con otros sonidos, imágenes que la mente consciente no percibe porque duran muy poco tiempo (normalmente, un fotograma de una película), o imágenes fijas que la mente consciente no percibe por estar camufladas.
¿Cuál es exactamente la acusación?
Algunos opositores acusan a los testigos de Jehová de incluir en sus ilustraciones imágenes subliminales del tercer tipo, es decir, imágenes que el observador no percibe conscientemente por estar supuestamente camufladas. Tengamos en cuenta que, para que sean realmente “imágenes subliminales”, la imagen debe ser intencional, pues debe ser un estímulo que influya en la persona.
¿Realmente hace falta una explicación?
Posiblemente el lector ya haya percibido la flagrante falta de fundamento de esta acusación y no necesite leer más. No obstante, y por obvio que resulte, incluiremos a continuación una explicación.
En primer lugar, conviene tener en cuenta cómo percibimos la realidad. En cuanto al sentido de la vista, no vemos sólo con los ojos, sino también con el cerebro. La percepción tiene dos fases: la sensación (las imágenes que los ojos perciben y envían al cerebro) y la reconstrucción (la interpretación que hace el cerebro de esas imágenes percibidas). Por ejemplo, nuestros ojos pueden recibir la sensación visual de un objeto peludo, de un cierto tamaño, con cuatro extremidades, una cabeza y un apéndice posterior; entonces nuestro cerebro reconstruye la imagen según los conocimientos almacenados por la memoria y percibe que está viendo un perro.
Esta capacidad de reconstruir las imágenes basándose en modelos ya almacenados en la memoria, nos concede también la capacidad de usar la imaginación para reconstruir imágenes que en realidad no existen. Veamos algunos ejemplos.
Ejemplos de imágenes “subliminales” en la naturaleza
Esta fotografía pertenece a la comarca del Duranguesado (Vizcaya, España). Los lugareños comparan la silueta de estas montañas con una “dama dormida”, los picos y valles corresponderían con los pies, pecho, cuello y cabeza de la “dama”. En Segovia y otros lugares de España hay montes que reciben el nombre de “dama dormida” o similares debido a estas similitudes que encuentra la imaginación de quienes lo ven.
La nebulosa Cabeza de Caballo, en la constelación de Orión. No se denomina así porque alguien hay dibujado una cabeza de caballo, evidentemente, sino porque la imaginación de los observadores ha encontrado similitudes entre la sombra de la nebulosa y la silueta de una cabeza de caballo.
En las caprichosas formas de las rocas de Capadocia (Turquía), los observadores han encontrado muchos parecidos. Esta roca se denomina “el Camello”. Algunos creen que parece también un caracol.
Un último ejemplo tomado de Capadocia. Una roca denominada “la Seta” (u hongo), por razones obvias.
Los cristianos conocen bien un ejemplo de este tipo de asociaciones. En la fotografía se ve el promontorio que posiblemente fuese el Gólgota de la Biblia. Gólgota (o Calvario) significa “lugar del cráneo”, y posiblemente se denominase así porque a los judíos la forma del promontorio les recordaba un cráneo humano.
Ni siquiera es necesario recurrir a ejemplos tan específicos. ¿Quién no ha jugado a encontrar formas en las nubes, por ejemplo? Todos hemos “visto” ovejas, vacas, rostros humanos y otras muchas cosas en las nubes. Algunos han encontrado en las nubes de la pantalla de inicio de Windows un caballo, un pájaro y hasta un roquero. Es relativamente fácil encontrar formas en superficies rugosas como una pared pintada, un tronco, una roca, etc. Los antiguos griegos incluso vieron formas en las estrellas, dando así nombre a infinidad de constelaciones.
¿Quién ha puesto esas formas ahí? Probablemente esta pregunta nos parezca infantil. Es obvio que nadie ha puesto esas imágenes ahí, sino que es la percepción de nuestro cerebro la que crea esas asociaciones.
Ejemplos de supuestas imágenes subliminales en las publicaciones de los testigos de Jehová
Algunos dicen que en el tronco retorcido de un olivo (de una ilustración del libro “El hombre más grande de todos los tiempos”) puede verse una cabeza de cabra. Se necesita tener mucha “imaginación” para ver eso, además de que se tuvo que dibujar una silueta intencionalmente para probar una supuesta imagen subliminal.
Algunos acusan de dibujar una estrella satánica en la mano de un fariseo de una ilustración de la revista “La Atalaya”. En realidad se trata de las citas de las Escrituras que solían llevar atadas de forma ostensible en sus manos y su frente y que aún hoy llevan algunos judíos ortodoxos en ciertas celebraciones (Mateo 23:5).
Además de esto, muchos encuentran caras en pliegues de la ropa, follaje, sombras, etc. No solo caras, algunos se fijan en formas sinuosas de los pliegues o en rizos del cabello y dicen que son serpientes, en representación de Satanás, o que son una letra “S”, que es la inicial de Satanás (claro que, igualmente podría ser la inicial de “Señor”, “Salvador”, “santidad”, “salvación”, “sabiduría”, “sagrado”, “sacrificio”, “sinceridad”, “sencillez”, “sal de la Tierra”, “salmo”, “sálganse de Babilonia”, “salud”, “sembrar”, “semillas del Reino”, “sentimiento”, “sermón”, “servir”, “Soberano”…).Como hemos visto, es muy fácil utilizar nuestra imaginación para encontrar imágenes en lugares naturales, donde nadie las ha puesto. En ilustraciones que están imitando la realidad (o que incluso se basan en fotografías) es igualmente fácil encontrar este tipo de imágenes.
¿Qué propósito tendrían?
Algunos, sin embargo, se obstinan en creer que la inclusión de estas imágenes es intencional. ¿Por qué?
Suele haber tres respuestas a la pregunta de por qué los artistas de las publicaciones de los Testigos incluyen supuestamente imágenes subliminales:
1. “Nadie lo sabe”. La mayoría de los que levantan esta acusación reconocen que no se les ocurre ninguna razón por la que se incluirían estas imágenes. Es sin duda la respuesta más sensata, pues no tendría ningún sentido que los testigos de Jehová introdujesen este tipo de imágenes. No consiguen ningún fin y además nos exponen a ser criticados.
2.“Es obra de Satanás”. Algunos dicen que el propio Diablo en persona pone esas imágenes en las ilustraciones de las publicaciones de los Testigos sin que ellos lo sepan. ¿Y por qué razón? Según dicen, para dejar su marca personal y dejar claro que la organización de los Testigos le pertenece (aunque, según esa “lógica”, a la vez que deja su marca, se estaría descubriendo a sí mismo). ¿De qué manera haría esto el Diablo? Algunos dicen que el Diablo poseería al dibujante para obligarle a dibujar esa cara o lo que sea sin que él se dé cuenta de ello. Esto no explica cómo sería posible que ningún revisor viera la imagen y la eliminara, por lo que otros dicen que Satanás incluiría esas imágenes después de que cada libro o revista ha sido ya publicado. Creo que no hay necesidad de refutar tales dislates. Caen de su propio peso.
3. Otros piensan que las imágenes están insertadas de forma deliberada por los responsables a modo de táctica publicitaria para influir en la conducta de quienes ven las imágenes y que se sientan inclinados a hacerse testigos de Jehová. Esto nos lleva a considerar la cuestión de si realmente existen los mensajes subliminales publicitarios y si funcionan.
¿FUNCIONAN LOS MENSAJES SUBLIMINALES?
La creencia en el poder de los mensajes subliminales se remonta probablemente a 1957, cuando James Vicary, un especialista en técnicas de mercado, dijo haber realizado un experimento al respecto. Afirmó que, durante un período de seis semanas, 45.699 personas que acudieron a una sala de cine en Fort Lee, New Jersey fueron expuestos a dos mensajes publicitarios, “Coma palomitas” y “Beba Coca-Cola”, mientras veían la película Picnic. Según Vicary, el mensaje duraba una pequeñísima fracción de segundo, con lo que no podía ser percibido conscientemente, pese a lo cual, las ventas de palomitas aumentaron un 57,7% y las de Coca-Cola en un 18,1%. Sin embargo, Vicary nunca publicó ninguna descripción detallada de su estudio, y jamás ha habido ninguna evidencia que apoye su afirmación, ni nadie ha sido capaz de duplicar el experimento. No solo eso, sino que en una entrevista con la revista Advertising Age en 1962, Vicary confesó que aquel estudio había sido un montaje. Pese a todo, aún se suele citar su caso como un ejemplo del poder que supuestamente tienen los mensajes subliminales.
En los años 70 del siglo XX, el anterior ejecutivo de publicidad Wilson Key (posiblemente el único experto que sigue denunciando los supuestos peligros de los mensajes subliminales) acaparó la atención con sus afirmaciones de que los mensajes subliminales eran utilizados por todas partes a nuestro alrededor; especialmente mensajes de tipo sexual para inducir a las personas a comprar determinados productos. Key encontraba la palabra “sexo” en las galletas Ritz Crackers, en menús de hoteles, paquetes de cigarrillos Camel, publicidad de ginebra y en muchísimos otros lugares. Además, afirmaba que el mundo de los negocios así como los gobiernos estaban aliados para controlar nuestras mentes. Sin embargo, no existe ninguna evidencia de que se utilicen palabras, símbolos ni objetos ocultos para vender productos, e incluso aunque se utilizaran, no hay ninguna evidencia empírica de que este fuese un método eficaz de influir en la elección del consumidor.
Según Terence Hines (catedrático de psicología en la Universidad de Pace, Pleasantville, en el estado de Nueva York), tras años de investigación sólo se han podido demostrar efectos muy limitados de estimulación subliminal, y ninguno en cuanto a modificación de conducta. Según Philp Merikle (catedrático de psicología de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá), ninguna investigación de laboratorio controlada ha podido demostrar la idea popular de que la percepción inconsciente tiene más poder o más influencia que la percepción consciente. Más bien, los hallazgos de tales investigaciones indican que la percepción subliminal, cuando se produce, refleja las interpretaciones habituales de un individuo frente a los estímulos; es decir, que un estímulo subliminal no puede tener un efecto diferente al que tendría si la persona pudiera percibirlo conscientemente. Esto quiere decir que esas supuestas imágenes subliminales que algunos encuentran en las publicaciones de los testigos de Jehová tienen como mucho el mismo efecto cuando uno las ve que cuando no las ve. ¿Se siente alguien inclinado a hacerse testigo de Jehová por el mero hecho de ver una cara en el pelo de Jesús o un perro en su pecho? En el improbable y casi cómico caso de que alguien respondiera que sí, Merikle, al igual que otros muchos expertos, afirma que las personas deben ser conscientes de recibir el estímulo para iniciar acciones. Por tanto, si uno no ve conscientemente esa cara o ese perro (por poner un ejemplo), estos no tienen ningún efecto en la persona.
CONCLUSIÓN
El “hombre de la luna”… ¿Dios le dio tal forma de a la Luna cuando la creó? Otros dicen que pareciera que la luna tiene en su interior un conejo . ¿Es Dios quien dio esa forma, o es su mente la que ha construido tal imágene?… Piense en la Galaxia del Sombrero, en la Nebulosa de la cabeza de Caballo, Nebulosa de la Tarántula (en la Gran Nube de Magallanes), cúmulos de estrellas como la de Escorpión, Corona Real, etc. Son formas que el hombre le ha encontrado a estas creaciones de Dios. Pero, ¿fue Dios quién hizo estas “figuritas”?… Casualidad e imaginación humana es la respuesta.
También, mechones de cabello, sombras, columnas de humo, las nubes, las paredes de piedra, las plantas, el suelo, imágenes de libros de distintos temas (por ejemplo, antiguas ilustraciones de anatomía humana), cuadros, montañas. Todo es cuestión de querer verlas.
Si usted así ha predispuesto su mente, en esta imagen de nubarrones puede encontrar más de una imagen “subliminal”. Todo es cuestión de querer verlas.